miércoles, 11 de marzo de 2009
Páginas del exilio I
El cocinero que perdió la gracia de la sazón
Llegó a nuestra ciudad solo. Nos dijo que “Ella”, su esposa, vendría a reunirse con él, dentro de unos meses.
Instaló su nueva cocina y se dispuso a realizar sus platos especiales… Ninguno le salió. Todos los degustamos y coincidimos en el mismo dictamen: ¡era la comida más insípida que habíamos probado en nuestras vidas!
El cocinero, se encerró en su cuarto.
En la noche, le llegó La Revelación: se dio cuenta de que “Ella”, era la sazón de su vida.