sábado, 3 de noviembre de 2007

El Conferencista

Camino al auditorio, se dijo:
– Doy la conferencia aunque en el público haya una sola persona.
Llegó, y efectivamente, había una sola persona; un hombre, que siguió atentamente toda su disertación.
Al finalizar, se acercó a él y le preguntó:
- ¿Le gustó la conferencia?
El hombre lo miró con asombro y le respondió:
- No sé, yo sólo soy el encargado de la sala, señor.

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