Ella y Él
La Soledad lo había perseguido, sin descanso, durante toda su existencia.
En su lecho de muerte, él le preguntó con su último aliento:
-¿Por qué a mí?
Ella se ruborizó, bajó sus ojos, y le contestó:
-Porque te he amado toda la vida...
Soledad 1. Laura Manesevich.
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Me acerco por tu espalda y respiro junto a tu cuello y te beso suavemente, varias veces, húmedamente. Voy rozando con mis dedos tus brazos desde tus manos hasta los hombros, mientras continuo besándote el cuello...
junto a ti leo mi rumbo en el trazo de las estrellas...
inicio el viaje de mi existencia.
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